divendres, 5 de febrer del 2010
¿Me da usté candela?
¿ME DA USTED CANDELA? de RAFAEL DE LEÓN
Perdone usté, caballero.
¿Quiere usté darme candela?
Mil gracias... er farolero
que enciende esta callejuela
parese que s'ha dormío...
no es sitio muy de mi gusto...
tan solo... tan escondío...
como pa llevarse un susto.
Claro que, pa dos valientes
que sargan desafiaos,
éste es un sitio imponente...
y pa los enamoraos,
cuando la luz se retira
y viene ya anocheciendo
y él va disiendo mentiras
y ella se las va creyendo.
¡Qué casualidá, señores!
a usté lo conozco yo.
¿Usté no se llama Flores
y vive en Amor de Dio?
¿Dónde le he visto yo a usté?
Tal vez en la barbería
o en la Puerta de Jeré,
o en una fotografía,
sobre un marco mu bonito
de peluche carmesí...
y escrito: “a mi Rosarito,
de su nene Pedro Luí”.
Es una condisión rara
que tienen los de mi quinta,
que en contemplando una cara
ya nunca se nos despinta.
Si Sevilla es un pañuelo...
ya ve usté qué grasia tiene...
Yo, ar pronto, dije —¡un mochuelo!
Y resurta que es... er nene.
Con su buen sigarro puro,
su tirilla armidoná
y metiéndose en lo oscuro
como un hombre de verdá.
Y es que, por esta calleja,
se corta pa Puerta Osario,
pero allí no está la reja
de esa muchacha, Rosario.
Allí hay unos ojos verdes
de bicho de mal agüero,
que el que los mira, se pierde...
¡No vaya usté, compañero!
Esa Marijuana Sánchez
que le espera en el zaguán,
tiene ya cuatro reenganches
y sabe más que Briján.
Con esto, yo no le quito
que vaya usté donde quiera...
tó pué sé que... Rosarito,
cuando se entere, se muera.
Pero, claro, usté es un nene
grasioso y enamorao,
con buen tipo y muchos bienes
y novias por toos los laos.
Rosario... una menudencia;
bonitilla... y sin parné;
pero tiene más desensia
que toa su casta de usté.
Y da la casolidá
que, desde que ella ha nasío,
cuando tiene que firmá
firma con mis apellíos.
Der coló de la senisa
se le pone a usté er semblante
y es que er corazón le avisa
de lo que tiene delante.
sí señó... un banderillero
que estaba ayé en Venesuela
y hoy es er duende primero
de esta oscura callejuela.
Y se tropieza a un tal Flores,
tan siego y tan temerario,
que le está mintiendo amores
a esa muchacha... Rosario.
Y er duende, con voz muy baja,
se acerca y le dice ar tá:
—“encárgate la mortaja
si vuervo a verla llorá.”
¿Por qué te callas? ¿qué piensas?
creí que eras más valiente.
¿O es que ya te da vergüenza
burlarte de una inocente?
A Dios der sielo le pío
que te pongas en rasón,
porque tengo desidío
buscarme la perdisión.
Porque ese nardo, ese lirio
que a ti tanto te divierte,
la quiero yo con delirio,
con fatiguitas de muerte.
Porque es la viva pintura
de una santa que murió
dejándome esa criatura
pa que la criara yo.
Y he sembrao er mundo entero
de pares de banderillas
para ponerle en enero
los Reyes a mi chiquilla.
¡pa que ahora venga un tunante,
le jure y ella lo crea!
¡y asín que s'acabe er cante:
“buenas noches y ahí te queas”!
Al que quiera intentar eso
con la fló de mis entrañas,
le pongo er pie en er pescuezo
lo mismo que a una alimaña.
Si se casa usté argún día
y er sielo le da un chavá
dirá: “¡qué rasón tenía
er que me quiso matá!”
que a eso na más he venío,
¿a qué andarse con pamplinas?
en justicia yo he debío
clavarlo a usté en una esquina.
Pero, en fin, de usté depende.
Lo conozco... y usté a mí.
Y aquel que a mi niña ofende
que se ponga a bien morí.
¿Se va usté pa Puerta Osario?
¡No se meta usté en belenes!
¡Yo me voy con mi Rosario!
¡Mi Rosario...! ¡Condiós, nene!
Perdone usté, caballero.
¿Quiere usté darme candela?
Mil gracias... er farolero
que enciende esta callejuela
parese que s'ha dormío...
no es sitio muy de mi gusto...
tan solo... tan escondío...
como pa llevarse un susto.
Claro que, pa dos valientes
que sargan desafiaos,
éste es un sitio imponente...
y pa los enamoraos,
cuando la luz se retira
y viene ya anocheciendo
y él va disiendo mentiras
y ella se las va creyendo.
¡Qué casualidá, señores!
a usté lo conozco yo.
¿Usté no se llama Flores
y vive en Amor de Dio?
¿Dónde le he visto yo a usté?
Tal vez en la barbería
o en la Puerta de Jeré,
o en una fotografía,
sobre un marco mu bonito
de peluche carmesí...
y escrito: “a mi Rosarito,
de su nene Pedro Luí”.
Es una condisión rara
que tienen los de mi quinta,
que en contemplando una cara
ya nunca se nos despinta.
Si Sevilla es un pañuelo...
ya ve usté qué grasia tiene...
Yo, ar pronto, dije —¡un mochuelo!
Y resurta que es... er nene.
Con su buen sigarro puro,
su tirilla armidoná
y metiéndose en lo oscuro
como un hombre de verdá.
Y es que, por esta calleja,
se corta pa Puerta Osario,
pero allí no está la reja
de esa muchacha, Rosario.
Allí hay unos ojos verdes
de bicho de mal agüero,
que el que los mira, se pierde...
¡No vaya usté, compañero!
Esa Marijuana Sánchez
que le espera en el zaguán,
tiene ya cuatro reenganches
y sabe más que Briján.
Con esto, yo no le quito
que vaya usté donde quiera...
tó pué sé que... Rosarito,
cuando se entere, se muera.
Pero, claro, usté es un nene
grasioso y enamorao,
con buen tipo y muchos bienes
y novias por toos los laos.
Rosario... una menudencia;
bonitilla... y sin parné;
pero tiene más desensia
que toa su casta de usté.
Y da la casolidá
que, desde que ella ha nasío,
cuando tiene que firmá
firma con mis apellíos.
Der coló de la senisa
se le pone a usté er semblante
y es que er corazón le avisa
de lo que tiene delante.
sí señó... un banderillero
que estaba ayé en Venesuela
y hoy es er duende primero
de esta oscura callejuela.
Y se tropieza a un tal Flores,
tan siego y tan temerario,
que le está mintiendo amores
a esa muchacha... Rosario.
Y er duende, con voz muy baja,
se acerca y le dice ar tá:
—“encárgate la mortaja
si vuervo a verla llorá.”
¿Por qué te callas? ¿qué piensas?
creí que eras más valiente.
¿O es que ya te da vergüenza
burlarte de una inocente?
A Dios der sielo le pío
que te pongas en rasón,
porque tengo desidío
buscarme la perdisión.
Porque ese nardo, ese lirio
que a ti tanto te divierte,
la quiero yo con delirio,
con fatiguitas de muerte.
Porque es la viva pintura
de una santa que murió
dejándome esa criatura
pa que la criara yo.
Y he sembrao er mundo entero
de pares de banderillas
para ponerle en enero
los Reyes a mi chiquilla.
¡pa que ahora venga un tunante,
le jure y ella lo crea!
¡y asín que s'acabe er cante:
“buenas noches y ahí te queas”!
Al que quiera intentar eso
con la fló de mis entrañas,
le pongo er pie en er pescuezo
lo mismo que a una alimaña.
Si se casa usté argún día
y er sielo le da un chavá
dirá: “¡qué rasón tenía
er que me quiso matá!”
que a eso na más he venío,
¿a qué andarse con pamplinas?
en justicia yo he debío
clavarlo a usté en una esquina.
Pero, en fin, de usté depende.
Lo conozco... y usté a mí.
Y aquel que a mi niña ofende
que se ponga a bien morí.
¿Se va usté pa Puerta Osario?
¡No se meta usté en belenes!
¡Yo me voy con mi Rosario!
¡Mi Rosario...! ¡Condiós, nene!
La filla del carmesí
LA FILLA DEL CARMESÍ de JOSEP MA. DE SAGARRA
Guillem i la noia, se n’enduu la dida pel fons, amb un gest que vol dir: ”Deixem-los sols, i a veure què passa.” Guillem va a la cuina, guaita la Filla del Carmesí, s’asseu a la taula, i amb un to entre burla i gelosia i desig, diu aquestes paraules:)
I ell me l’havia de robar?... Quin fàstic!
Això? Aquest sac de fum que ni és un home?
(Després d’una gran pausa, la Filla del Carmesí avança tímidament cap a Guillem i li parla, emocionadíssima: ara és ella la que s’adona de la veritat dels sentiments de Guillem.)
ESCENA FINAL
LA FILLA DEL CARMESÍ i GUILLEM
LA FILLA DEL CARMESÍ
Per mi l’hauríeu mort?... Però... De veres?
Per què ha parlat amb mi? Per una cosa
com jo, que no val res, hi ha algú que pugui
clavar un punyal a dins del cor d’un home?...
LA FILLA DEL CARMESÍ
Jo no he comprès això que jo sentia,
però comprenc tot el que deia el so...
I ara sento una mena d’alegria,
perquè veig que m’estimes de debò.
Els d’aquí dins prou que em volien treure,
prou que em tiraven fel a dins del plat,
però no m’ho acabava pas de creure
quan deien que m’havies enganyat!
GUILLEM
Si, t’havia enganyat, com m’enganyava
a mi mateix, com enganyava a tots!
I tenia mal cor i mala bava
i no creia paraules ni sanglots.
Perquè en el món anem a la deriva,
perduts entre la colla de la gent,
fins que topem una mirada viva
que ens desvetlla els neguits del sentiment.
I jo, que tu no sé qui ets encara,
et vaig veure adormida, aquí, una nit,
duent la roba de la meva mare
i amb les mans recollides sobre el pit.
Jo que t’he pres com una fruita verda,
i t’he deixat i t’he volgut després,
i he vist l’angúnia de poder-te perdre,
però et torno a tenir per sempre més!
I ara que et sento recollida i meva...
sense por... sense engany,,, sense enemic...
Guillem i la noia, se n’enduu la dida pel fons, amb un gest que vol dir: ”Deixem-los sols, i a veure què passa.” Guillem va a la cuina, guaita la Filla del Carmesí, s’asseu a la taula, i amb un to entre burla i gelosia i desig, diu aquestes paraules:)
I ell me l’havia de robar?... Quin fàstic!
Això? Aquest sac de fum que ni és un home?
(Després d’una gran pausa, la Filla del Carmesí avança tímidament cap a Guillem i li parla, emocionadíssima: ara és ella la que s’adona de la veritat dels sentiments de Guillem.)
ESCENA FINAL
LA FILLA DEL CARMESÍ i GUILLEM
LA FILLA DEL CARMESÍ
Per mi l’hauríeu mort?... Però... De veres?
Per què ha parlat amb mi? Per una cosa
com jo, que no val res, hi ha algú que pugui
clavar un punyal a dins del cor d’un home?...
GUILLEM
Guaita’m els ulls; escolta’m, criatura;
així, vora el meu pit; dóna’m la mà...
Ara no tinc la llengua prou segura:
ara no sé si et puc enraonar...
Perquè estic avesat a tractar amb coses
que tenen tot un aire barroer...
No em van parir per primfilar les roses...
De dir menta florida, jo no en sé...
I aquest moment voldria jo canviar-me
amb un que fa tonades de cançó,
perquè tinc por que no sabré explicar-me,
i mira: fins tinc por de fer-te por...
Ara m’has preguntat si el mataria,
si, per tu, el mataria com un gos?...
Perquè tu vegis el que jo faria
has de saber tot el que tinc de ros.
En aquest món, més de cent mil vegades,
per coses que no valen mig vedell,
per tres crits i tres galtes despintades,
sense peresa m’he jugat la pell.
I més d’un cop en so de pau i guerra,
en so de vi, de pluja o tempestat,
no he trigat gota per fer caure a terra
un valent amb el ventre foradat.
I aquesta condició d’esgarrapaire,
no era per res que et treu la son del llit:
coses que a mi no m’afectaven gaire,
ni valien la pena, ni el profit.
Doncs pensa, si per poc perdo la brida,
què hauré de fer de mala sang i tro
la primera vegada de la vida
que em passa alguna cosa de debò! (Pausa)
És clar... no ho pots comprendre, criatura!...
Imagina’t que un dia ens ve un desmai,
i sento que a les venes se m’hi atura
un sentiment que jo no he sentit mai.
I després que la veina no és prou bona
pel meu nervi desfet de tant madur,
un dia m’ensopego amb una dona,
amb una dona... que és igual que tu!
Ve amb vestit vermell, de les bergantes,
la cullo de les pedres d’un hostal,
de cop d’ull m’ha semblat una de tantes:
ni l’he mirada, ni n’he fet cabal.
Però després hi ha un... no sé què d’estrella,
una punxada a l’ànima... un neguit...
Tinc por de mi mateix, m’aparto d’ella,
i fujo sol, a respirar la nit.
Penso que m’ha embruixat, i em vull distreure:
vull ser aquell home sense cor d’abans,
però... començo poc a poc a veure
que estic vençut i estic lligat de mans.
Me la guaito vestida com les santes,
i del meu nervi va fugint el llot;
me n’adono que no és una de tantes,
sinó que és una que és millor que tot!
I corro per contar-li l’alegria,
per dir-li que el meu cor tocatardà
ha descobert allò que no sabia,
ha descobert la gràcia d’estimar.
I quan dels ulls se m’ha esbandit la cendra,
quan l’anima no sap si plora o riu,
em trobo que un perdut me la vol prendre
en el moment del meu amor més viu!
I jo, que sóc dels brètols que es barallen,
ara que és de debò que m’han fet mal,
ja pots estar segura que no fallen
ni les dents ni la punta del punyal!
I tu, que em preguntaves, criatura!
si el mataria! I tu te’n feies creus!
Per forta que tingués la carnadura,
i tant si el mataria! Que no veus,
que no veus que no hi ha sang prou bregada,
ni home valent més home que ningú,
ni cel, ni infern, ni llamp, ni pedregada,
ni res que em pugui separar de tu?...
LA FILLA DEL CARMESÍ
Jo no he comprès això que jo sentia,
però comprenc tot el que deia el so...
I ara sento una mena d’alegria,
perquè veig que m’estimes de debò.
Els d’aquí dins prou que em volien treure,
prou que em tiraven fel a dins del plat,
però no m’ho acabava pas de creure
quan deien que m’havies enganyat!
GUILLEM
Si, t’havia enganyat, com m’enganyava
a mi mateix, com enganyava a tots!
I tenia mal cor i mala bava
i no creia paraules ni sanglots.
Perquè en el món anem a la deriva,
perduts entre la colla de la gent,
fins que topem una mirada viva
que ens desvetlla els neguits del sentiment.
I jo, que tu no sé qui ets encara,
et vaig veure adormida, aquí, una nit,
duent la roba de la meva mare
i amb les mans recollides sobre el pit.
Jo que t’he pres com una fruita verda,
i t’he deixat i t’he volgut després,
i he vist l’angúnia de poder-te perdre,
però et torno a tenir per sempre més!
I ara que et sento recollida i meva...
sense por... sense engany,,, sense enemic...
Etiquetes de comentaris:
Josep Maria de Sagarra
Subscriure's a:
Missatges (Atom)